Entre los factores que pueden predisponernos a un trastorno depresivo, existen causas exógenas (derivadas del ambiente) y causas endógenas:
CAUSAS ENDÓGENAS
- Rasgos de personalidad neurótica (controlable mediante terapia)
- Enfermedades cardíacas (necesidad de readaptación de vida y nuevas expectativas)
- Enfermedades endocrinas, diabetes, hipo o hipertiroidismo, síndrome de Cushing, enfermedad de Adisson, y amenorrea hiperprolactinémica). En todos estos casos, hay que realizar un afrontamiento activo de las enfermedades con técnicas de relajación, afrontamiento de problemas, inoculación de estrés y cambios de hábito de vida
- Polimorfismo del gen que codifica el transportador de serotonina (terapia farmacológica)
- Migraña
- Otras enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales
OTROS FACTORES PREDISPONENTES Y CONTROLABLES
- Antecedentes familiares de depresión: enseñan a los pacientes conductas y formas de afrontar la vida poco adaptativos
- Trastornos de ansiedad: una vez controlados, la depresión disminuye
- Distimia: en realidad se trata de un tipo de depresión de baja intensidad y larga duración, sería necesario buscar los puntos de "corte" del círculo vicioso
- Consumo de tabaco y alcohol, especialmente la segunda sustancia
-Circunstancias laborales (desempleo, discapacidad, bajas laborales por enfermedad o maternidad). Es imprescindible trabajar los aspectos negativos de estas situaciones para no empeorar el estado de ánimo
- Estrés crónico: análisis de causas y búsqueda de soluciones
- Pobreza: básicamente la ayuda de los servicios sociales puede ayudar a "paliar" en cierta medida una situación, que por sí misma genera altísimos niveles de tristeza y depresión.